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FengShui, ¿que és?
El Feng Shui es una antigua disciplina china que puede transformar tu vida.
La traducción literal de Feng Shui es “viento y agua”. Se trata de una técnica ancestral basada en la metafísica china que implica una visión holística de la vida y el Universo, donde todo está íntimamente relacionado.
La filosofía oriental concibe la existencia humana dentro de esa unidad del universo que subyace a todas las formas de vida, y propone un estilo de vida consecuente a este concepto. Así, el Feng Shui, como ciencia tradicional aplicada al espacio, pretende el equilibrio de la energía vital de la persona y la armonía total entre ésta y el Universo a través de la orientación, distribución y decoración de sus entornos habituales, como el hogar y el espacio de trabajo.
El Qi.
Pronunciado “chi”
Trasciende la idea occidental de energía, siendo entendido en el taoísmo y la medicina china como flujo de energía vital o fuerza de vida, cualidad intangible de todo ser vivo y presente por doquier en la naturaleza, incluso en el aire que nos rodea.
En Feng Shui tomamos medidas para el aprovechamiento del Qi positivo y para frenar o reconducir el Qi negativo, mejorando nuestros espacios y, por ende, nuestra calidad de vida.
Yin
y Yang
El yin y el yang son dos conceptos del taoísmo, referidos a la dualidad existente en todo el Universo. Este principio describe dos fuerzas fundamentales opuestas y complementarias, presentes en todas las cosas. Yin es lo femenino, silencioso, lento, oscuro, pasivo, la tierra; mientras que Yang es lo masculino, ruidoso, rápido, brillante, el cielo.
En Feng Shui ambos deben estar equilibrados para lograr una agradable armonía en los espacios.
Los cinco elementos
La filosofía china tradicional define cinco elementos presentes en la naturaleza en estado puro: madera, tierra, agua, fuego y metal. La teoría de los cinco elementos clasifica los fenómenos naturales y las relaciones que se dan entre éstos, con un carácter dinámico y de transformación, por lo que estos elementos no se conciben como entes estáticos, sino que han de entenderse más bien como cinco fases, pertenecientes a un ciclo o movimiento continuo, que se da en la naturaleza.
Estos cinco elementos y sus interacciones constituyen un pilar de capital importancia en Feng Shui, pues deben ser analizados, equilibrados, activados o calmados para fortalecerse o debilitarse en la búsqueda genuina del equilibrio.
El estudio
de las formas
Una parte fundamental del Feng Shui conlleva el análisis de los elementos, los colores, los materiales y la armonía subyacente entre ellos y en las formas que nos rodean y que son perceptibles a través de los sentidos.
Direcciones y orientaciones
Según nuestra energía personal, determinada por nuestro año de nacimiento, tenemos una serie de direcciones favorables y otras tantas desfavorables. Estas direcciones son orientaciones que debemos elegir o evitar a la hora de trabajar, descansar o nutrirnos, por lo que su conocimiento será un factor a tener en cuenta a la hora de ubicar elementos como la cama, el sofá, la mesa de comedor o el despacho.
Las tres
suertes
Según la cosmología china nuestra vida se rige por tres energías fundamentales, denominadas “suertes”: la suerte del cielo, la suerte de la tierra y la suerte del hombre. La suerte del cielo viene marcada por nuestra energía personal, la que traemos de “nacimiento” definida por la astrología en el momento que llegamos al mundo (carta BaZi); la suerte de la tierra hace referencia a esas energías que nos rodean y que nos afectan, creamos o no en ellas; por último, la suerte del hombre está compuesta por el conjunto de decisiones que tomamos dentro de nuestro libre albedrío.
Este paradigma de las tres suertes reconoce la conexión e interacción entre todos y cada uno de los elementos del universo, más allá de la ilusión de separación intrínseca a la experiencia material y terrenal. Cada una de ellas influye en similar proporción, de modo que nuestra impronta astrológica (suerte del cielo), que escapa por completo a nuestro control, sólo representa un tercio en nuestro “destino”, frente a los dos tercios que controlamos si, dentro de nuestro libre albedrío (suerte del hombre) tomamos la decisión de aplicar Feng Shui en nuestra vida (suerte de la tierra) para mejorarla significativamente.
Feng Shui
y BaZi
El estudio BaZi o carta de pilares es un instrumento de autoconocimiento y desarrollo personal, basado en el análisis astrológico del universo en el momento de nuestro nacimiento. Esta configuración energética deja una huella en nuestro mapa vital, nos imprime carácter, determinando talentos, gustos, debilidades y fortalezas, así como retos a superar e hitos evolutivos.
La carta de pilares Bazi es un aspecto fundamental a la hora de desarrollar un estudio de Feng Shui, ya que el análisis de la energía personal de los habitantes de una casa o propietarios de un local comercial constituye la piedra angular sobre la que se realizará el posterior estudio de Feng Shui, cuyo objetivo final será la sincronización de las personas con el espacio para obtener los máximos beneficios. Se trata de una combinación lógica y natural que nos aporta valiosos conocimientos que nos llevarán inevitablemente a mejorar nuestra vida.
Las estrellas voladoras (Escuela Xuan Kong Fei Xing)
La técnica de las estrellas voladoras es la más precisa de las ramas del Feng Shui, permitiéndonos afinar con gran exactitud el desarrollo energético de nuestra casa o local, conociendo el año de construcción. La denominación de estrellas voladoras no hace referencia a estrellas tal y como las entendemos en el cosmos, sino que son nueve corrientes energéticas que entran a un espacio por diferentes zonas del mismo, asociadas a su vez a los cinco elementos.
La incidencia de estas energías queda registrada como memoria de construcción, dejando su huella en la edificación, generándose así un mapa energético de la misma, del mismo modo que la carta natal es el mapa energético de una persona.